La informalidad laboral creció más rápido que el empleo registrado en el país

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El empleo informal tuvo un crecimiento significativamente mayor que el empleo formal en los últimos cuatro años en el país. 

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el número de trabajadores informales aumentó en 568.000 frente a los 363.000 empleos registrados en el sector privado.

Esto implica que, por cada empleo formal creado se sumaron 1,5 empleos informales, evidenciando una preocupante tendencia hacia la precarización laboral en el país, lo cual afecta a una gran parte de la economía y limita el acceso de los trabajadores a derechos fundamentales como la seguridad social y las jubilaciones. 

Por sectores

El trabajo de casas particulares es uno de los segmentos más afectados por la informalidad: de las 1.673.000 trabajadoras existentes, el 71,5% no realiza aportes previsionales. De manera similar, la industria agrícola presenta una alta tasa de empleo no registrado, con un 59,2% de sus 853.000 trabajadores en la informalidad.

El sector de la construcción también enfrenta un problema grave en materia de registración, con el 58,4% de los 946.000 trabajadores sin registrar. Esta situación no solo afecta la estabilidad laboral de los empleados, sino también los ingresos fiscales del Estado.

Recesión

La recesión económica ha sido un factor clave en el aumento del empleo informal. De acuerdo con un informe del Indec, el Producto Bruto Interno (PBI) de Argentina se contrajo un 5,1% durante el primer trimestre de 2024, lo que provocó una mayor pérdida de empleos formales.

El desempleo alcanzó el 7,7%, lo que obligó a muchos trabajadores a recurrir a empleos informales ante la falta de alternativas. Además, el 34,9% de los trabajadores vive por debajo de la línea de pobreza, lo que refleja la pérdida del poder adquisitivo de los salarios, que han caído casi un 40% desde 2017.

La creciente informalidad es una preocupación importante para la sociedad argentina. Según una encuesta de la consultora Equipo Mide, el 23% de la población considera que la pobreza es su principal preocupación, seguida por el desempleo (15%) y la inflación (14%).

En términos de expectativas, el impacto de la precarización laboral es notable: un 41% de los encuestados mantiene la esperanza de una mejora, mientras que un 22% expresa enojo y el 19% manifiesta incertidumbre sobre el futuro.

Con información de NA


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